Estimular el juego del niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
“No sólo tengo autismo. También soy un niño […] Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa”. A. Rivière (1997).
La sintomatología clínica de los niños y niñas con TEA es muy variable y nos marca un nivel de desarrollo determinado. Encontrar juegos y juguetes específicos para niños con TEA resulta una tarea compleja, puesto que cada niño es diferente en función de su edad, nivel de lenguaje y capacidad de juego conjunto. Pero hay algunos elementos comunes en el juego de los niños con TEA que intentaremos abordar en este artículo.
Es importante destacar que el juego es una de las mejores herramientas terapéuticas que tenemos, que nos ayuda a conocer mejor el mundo de nuestro pequeño y a establecer mejores vínculo, además el juego nos aporta diversión y momentos de felicidad compartida.
Durante los primeros tres años buscaremos el juego que favorezca el contacto visual entre el niño y el adulto. Por ejemplo, jugar a juegos de falda, palmitas con las manos, cosquillas o cantar canciones juntos. En esta etapa será importante que el adulto sea insistente en buscar la mirada de su hijo o hija, buscar encontrarse, aunque sean momentos fugaces. Algunas veces tendremos que ir poco a poco, aunque nos nazca un sentimiento de frustración, es importante no dejar de jugar con ellos un ratito cada día, todo suma.
Un juego importante y divertido es jugar a tapar y destaparse. El juego consiste en taparse con una sábana o manta y dejar que nos busquen, podemos acompañarlo de lenguaje con frases cortas como: -¿dónde está mamá?- y al destaparnos decir: -¡Aquí!-. Si al pequeño le impacta mucho esconder a su mamá o papá, o esconderse él mismo, podemos empezar por tapar a su muñeco o coche preferido. También podemos taparnos juntos y que nos busque una tercera persona.
Si tu hijo tiene más de tres años pero todavía no ha experimentado este juego de tapar y destaparse, será importante que lo podamos fomentar.
Este juego resulta muy muy estimulante para los niños, especialmente cuando empiezan a anticipar lo que pasará, a tener en cuenta al otro, a buscarlo y a buscar su mirada. Además, acompañado de lenguaje favorecerá las primeras palabras cargadas de emoción. La finalidad del juego es poder compartir mirarnos, la alegría de encontrarnos y la necesidad de buscar al otro.
A veces, los niños con TEA realizan conductas repetitivas y podemos encontrarlos recorriendo la habitación sin rumbo (a veces tocando las paredes una y otra vez). En vez de agotar esfuerzos haciéndoles parar, proponemos iniciar un juego de persecución o jugar a ver quién toca más rápido la pared contraria, buscaremos la mirada, cuando nos miren deben encontrar una sonrisa en nosotros.
Seguramente vuestros pequeños querrán que volváis a repetirlo y sentiréis que hay placer en compartir esta actividad juntos, que tiene algo más de sentido cuando se comparte. Compartir es comunicarse.
También es posible que tu pequeño pase horas haciendo rodar objetos, alineando juguetes o viendo como rueda un coche. Estas acciones carecen de juego simbólico ( es decir, no tienen juego imaginativo en el que reproducimos situaciones reales o inventadas) aunque le producen cierto confort, son actividades que le aíslan, pero también le «protegen». Debemos gestionarlas para evitar que se queden horas en esa conducta, ni tampoco prohibirles que la realicen, pues nos vivirán como una amenaza.
Por ello, proponemos enriquecer sus acciones con pequeñas intervenciones nuestras para darle más calidad a su juego. Por ejemplo, en su hilera de coches podemos coger uno de sus coches y darle «vida» introduciendo una frase tipo: -«que coches más bonitos, yo también quiero estar con vosotros»-. De ese modo, humanizamos a los coches, dotándolos de lenguaje y sentimiento mientras alabamos la bonita hilera que ha hecho.
Otro bonito juego para compartir es jugar a pasarse la pelota, coches o animalitos con ruedas. Al pasarnos los objetos podemos acompañar el juego de lenguaje, indicando para quien es ( por ejemplo – «para papá») y complicando aún más el juego si preguntamos quien lo quiere (buscando que en el niño aparezca el «yo»). Recomendamos ir jugando progresivamente, sin forzar, a partir del placer por compartir juntos.
Con los más mayores podremos jugar con juguetes más estructurados como los que os presentamos a continuación. Juguetes que favorecen la identificación de emociones en uno mismo y en el otro, ayudando en la comunicación diaria de sus problemas, conflictos o necesidades.
Generalmente partiremos de los intereses del pequeño para iniciar el juego, buscando siempre compartirlo.
Os animamos siempre a compartir el juego, entendiéndolo como una de las mejores maneras de comunicarse. Puede que nos frustre no encontrar las reacciones que esperamos, pero es fundamental no desistir.
Jugar es un día a día, compartir es un día a día, os invitamos a compartir un rato de juego todos los días, con el objetivo de buscarse, encontrarse y vincularse el uno con el otro.
Si necesitas asesoramiento personalizado sobre la temática abordada, contacta con nosotras, estaremos encantadas de ayudarte.
Existen algunos juguetes para favorecer y estimular el desarrollo de los niños que presentan TEA, aunque son muy útiles y positivos para todos los tipos de niños. Podréis encontrarlas en el apartado de juguetes recomendados.
2. Mr. Potato
Mr. Potato es un juguete que ayuda a la identificación del esquema corporal, favorece la motricidad fina y estimula la identificación de las emociones.
3. ¿Dónde está Spot?
Es un cuento ideal para los más pequeños, de bonitos dibujos de colores y líneas simples. Estimula la emocionalidad del niño y favorece la motricidad fina.
4. Pelota sensorial Arco Iris
Pelota de caucho 100% natural ideal para niños a partir de los 3 meses. De vivos colores y diferentes texturas.
Artículo redactado por el equipo interprofesional Wanatoy